De Leandro Ortiz para Euri Mora Báez, hermano eterno !!

Mayo ¡Qué mayo!   Amante invisible del silencio que nos deja en un vacío y una soledad inmensa, ¡sin ti, mi querido Euri Mora Báez!.

¿Por qué te nos fuiste Mora? si tenías toda una vida por delante, no hay razones algunas para que te nos fuese sin una despedida o un hasta luego Euri Mora!!

Mora Báez, con tu temperamento, carácter y forma real y sincera para con todos tus compañeros de estudios como yo, Rogelio, Robert Payano, Luis Manuel Gil, Molino Piña, idos también a destiempo, entre otros connotados profesionales de una generación que podemos decir la mejor qué, pero jamás peor qué...

Dentro de ellos está tú Mora, uno de los abogados de una moral más acrisolada como la tuya y orgulloso de ella, que nunca consentía ni permitía jueguen con ella, pero jamás permitía abusos en tu nombre y me lo demostraste en uno de los  momentos más difíciles que jamás debo recordar.

A veces me decía con cólera de amor de amigo, "mira Leandro eso no es así" y con tu tono y forma, sin importar la manera ni el lugar lo soportaba, porque sabía de tus sanas y buenas intenciones al corregirme, dejando en mi siempre, esa mirada apreciativa y de respeto inconmensurable, hermano Mora!

De tu ejercicio como abogado ni hablar, con una hoja limpia y pura como la tuya ninguna Mora;  así, tu amigo compadre y hermano Rogelio Herrera Turbí tal para cual en comportamiento, Dios me dio el privilegio de ser amigo de ambos.

Tu firmeza en tus ideas y pensamientos que nunca te doblaste, nunca te arrodíllaste hasta alcanzar ver en la cúspide una organización que gobierne el Estado acorde a los principios que creíste y luchaste como el que más, Mora.

Los infortunios de las lides que se dan en la sociedad impidieron ocupar una posición donde tú fueras a servir, jamás a servirte como crítico acérrimo de lo mal hecho, sabías qué, en tí la sociedad ibas a estar bien representada Euri Mora Báez.

De tu trayectoria como padre, como hombre de familia ni hablar y tu esposa Milqueya e hijos, vecinos y colegas,  damos fiel testimonio  de ellos, ¿Por qué te nos fuiste Mora? Te pregunto una vez más y me resisto a creerlo. Cuan bueno tenerte como amigo y saber que fuiste un gran ejemplo como abogado del cuál sentí orgullo y de todos esos compañeros de promoción de la cuál formaste parte.

Euri Mora Báez, hoy, en éste mayo cruel para mí, has sido un enigma que persigue una aurora para despojarla de su cabellera de luz. Tú, Mora Báez, te queda grabado en nuestros corazones. Dios te guíe por el mejor sendero que a los bueno les tiene preservado después de ésta existencia terrenal y te tenga en árrebol de esperanza y de consuelo a tus hijos y demas familiares.

El autor es periodista y amigo incondicional que valora en su justa dimensión a hombres del Quilate moral de Euri Mora Báez.