Grandes edificios abandonados después de una inversión de más de 6 mil millones de pesos en lo que se presume sería una cárcel modelo. Jorge González
Lo que se creyó sería una de las obras más trascendentes de los gobiernos del presidente Danilo Medina por su importancia, por la cantidad de personas que beneficiaría y por lo humanitario del proyecto, se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza no solo para sus constructores sino también para las autoridades que la han recibido.
Inaugurada el 10 de agosto de 2020, con una inversión de 6,967 millones de pesos esta obra aún sigue cerrada y no se tienen datos de cuándo estaría lista para recibir a los internos. Pero lo que es quizás peor, todo apunta a que tendrá que ser intervenida y modificada sin haber sido ocupada.
Visita
Después de varios intentos fallidos por conseguir unna autorización para visitar el abandonado Centro de Corrección y Rehabilitación La Nueva Victoria, en la comunidad Las Parras, de Guerra, y tan poco recibir ninguna información de parte de la Dirección de Comunicaciones de la Procuraduría General de la República, un equipo de El Nacional fue enviado al lugar.
Luego de casi una hora de trayecto llegamos a lo que parece más bien un solar baldío con una garita de seguridad con dos mal trechas vías una de acceso y otra de salida, de las cuales solo por la salida se podía pasar.
Al frente nuestro se observa una caseta de desinfección sucia y abandonada, como todo los demás.
En poco tiempo llegamos a una rotonda llena de hoyos en donde se encuentra en concreto la siglas a medio construir CCRLA que identifican al penal, todo envuelto en malezas que llevan meses sin recortar, además aquí está la segunda puerta de seguridad de acceso al recinto.
Un guardia armado y provisto de radio de comunicación nos informa que no se puede pasar sin un permiso, ya que el lugar está cerrado y no hay nadie que pueda dar información.
A lo lejos se pueden ver las grandes edificaciones pintadas de azul y blanco, que a veces se confunden con las nubes y el cielo, rodeada por un gran muro de concreto, acero y malla ciclónica custodiadas por torres de vigilancia que se alzan imponente contra el viento.
No se puede seguir, y no hay por qué hacerlo. El ambiente es desolador, el ruido del silencio y el olor a abandono son muestra irrefutable de que la obra que alojaría a nueve mil internos, seguridad y personal administrativo está inhabitado.
Antecedentes
El 10 de agosto del 2020, el entonces presidente Medina y el procurador Jean Alain Rodríguez, dejaron inaugurada la primera etapa del ambicioso proyecto, que fue levantada para mudar a los más de 7 mil reclusos que sobreviven en condiciones casi infrahumanasen la cárcel La Victoria en Santo Domingo Norte, sin embargo nunca se comenzó el traslado de los internos.
Infraestructura
Como si se tratara de un proyecto habitacional la Nueva Victoria está formada por 87 edificios de vario niveles, de los cuales 30 son administrativos y 57 divididos en 4 bloques para el alojamiento de 8,778 internos. Habría 112 celdas de observación, 80 celdas de reflexión, y 48 de máxima seguridad.
Además el recinto tiene 88 celdas especiales para internos con movilidad reducida, 96 celdas conyugales. En otros 4 edificios estarán los comedores y cocinas, también la estructura cuenta con seis torres de vigilancia, 42 garitas de seguridad, 4 accesos a cuadrantes, y un área de acceso a los talleres.
Templos para otras religiones, un gimnasio de exterior, cancha olímpica multiusos, dos estadios de softboll, 23 canchas de baloncesto, dos rings de boxeo, economatos, barberías, dispensarios médicos,son otras de las áreas del recinto.
Opiniones
Roberto Santana, ex director del Nuevo Modelo Penitenciario y asesor en materia del Sistema Penitenciario, en el 2020 califico como “un gallinero” a La Nueva Victoria, la que se construyó según el violando todas las recomendaciones que hace las Naciones Unidas sobre el tema.
“Esa construcción que se va a inaugurar está totalmente en contra de todos los paradigmas de las Naciones Unidas porque es un gallinero. En el mundo hace muchos años no se construye prisiones masivas y las que han quedado han sido siendo cerradas”, explico Santana.
Resguardo
Los casi 7 kilómetros cuadrados del terreno están delimitado por un enorme muro de concreto de unos 30 pies de altura, terminado en tres hileras de alambre tipo trinchera. Dicho muro hasta ahora tiene unas doce altas torres de vigilancia de unos 70 pies de altura lo que le proporciona una vigilancia visual de casi todo el complejo.
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