La decisión del juez Juan Merchan significa que los votantes no sabrán si el candidato presidencial republicano pasará finalmente algún tiempo entre rejas.
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El juez encargado del caso penal de Donald Trump en Manhattan pospuso su sentencia hasta después del día de las elecciones, una victoria significativa para el expresidente en su intento de anular su condena y recuperar la Casa Blanca.
El viernes, el juez Juan Merchan emitió un fallo que reprograma la sentencia para el 26 de noviembre, citando el “marco de tiempo único en el que este asunto se encuentra actualmente”. Antes había planeado determinar el castigo del expresidente el 18 de septiembre, solo siete semanas antes del día de las elecciones, cuando Trump se enfrentará a la vicepresidenta Kamala Harris por la presidencia.
“Esta no es una decisión que este tribunal toma a la ligera, pero es la decisión que, en opinión de este tribunal, cumple mejor con los intereses de la justicia”, escribió el juez Merchan en el fallo de cuatro páginas, que señaló que “este asunto se encuentra solo, en un lugar único en la historia de esta nación”.
El juez parecía dispuesto a eludir el torbellino de cuestionamientos partidistas en la recta final de la campaña. Afirmando que el tribunal es una “institución justa, imparcial y apolítica”, dijo que “la integridad de nuestro sistema judicial exige” que la sentencia esté “libre de distracciones o distorsiones”.
Pero aunque su decisión evitará un espectáculo antes de las elecciones, el propio retraso podría afectar sus resultados, haciendo que los votantes no sepan si el candidato presidencial republicano pasará finalmente algún tiempo entre rejas.
No está claro si sentenciar a Trump en septiembre lo habría ayudado o perjudicado políticamente; su castigo podría haber sido un recordatorio embarazoso de sus antecedentes penales, pero también podría haber impulsado sus pretensiones de martirio político.
La decisión del juez Merchan se produjo a petición de Trump, quien había pedido retrasar la sentencia, en parte para ganar más tiempo con el fin de impugnar su condena por cargos de falsificación de registros para encubrir un escándalo sexual. Los fiscales que trabajan para el fiscal del distrito de Manhattan, Alvin L. Bragg, quien llevó el caso, habían recurrido al juez, allanando el camino para al menos un breve aplazamiento.
El fallo del juez adoptó un tono defensivo, negándose a abordar algunos de los argumentos de apoyo de Trump para un retraso, los cuales describió como una “letanía de agravios percibidos y sin fundamento”.
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