Por Leandro Ortiz.
No he fijado posición alguna frente al caso de USAID que involucra a varios colegas periodistas. En verdad desconozco la veracidad de lo mismo, pero lo cierto es qué vivir con dignidad cuesta y mucho, no obstante en cualquier momento alguien se le antojó decir cualquier cosa de tí cierta o falsa, ya a partir de ese momento ella rueda por el suelo.
En lo personal yo, mejor quiero que siempre me consideren como una persona normal, tal vez con virtudes y con muchos defectos, no tener la imagen del que más, pero tampoco del que menos. Esos colegas que mencionan, ellos están en el deber de actuar o no contra quienes hayan puesto en el paredón moral sus personas y su trayectoria de vida.
Ahora bien, si algún día alguien dice algo de mí, y si es cierto lo admito de manera pública y si es verdad no iré a ningún tribunal contra nadie. Los periodistas siempre vivimos cuestionando, bien y mal a los demás, algunos de ellos de forma graciosa le he visto decirle delincuente a determinada persona.
Con el caso de la USAID les ha llegado la hora a ellos también de ser estigmatizados y que ellos sepan con razón o sin ella, ¡que se siente cuando tú hace la noticia, el análisis o el comentario contra alguien de la sociedad y, también que se siente cuando es la sociedad o persona en particular coloca al periodista en el escrutinio público!.
A mis queridos colegas Edhi Febles, Marino Zapete, Huchi Lora, Núria, y María Asela lo mejor es dejar la bola correr porque nada humano me es ajeno, todos tenemos virtudes y todos tenemos defectos y ellos aunque no me consta también lo habrán de tener.
El autor es Periodista.
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